Cerca del año 30 a. L. N., en plena adolescencia, conoció a Quariold Boffimar, heredero de la villa de Lacunia, durante el Banquete de Solsticio. Tras la bendición del padre de Irune, se casaron. La joven renunció a sus derechos sobre Roca Emperatriz, dejándolo todo en manos de sus hermanos, y se trasladó a Lacunia para convertirse en la señora consorte de la comarca administrativa. No hubo interés alguno en este enlace; de hecho, es conocido por ser de los pocos matrimonios aristocráticos forjados únicamente por amor.
Tras varios años de espera, tuvieron tres hijos: Thurandor, el primogénito; Hyana, la mediana; y Grebon, el benjamín. Este último recibió el nombre por un pájaro azulejo que Quariold crió durante su juventud. El mayor, Thurandor, es alguien fuerte y con carácter, aunque tiende a rozar el egocentrismo. Hyana, por su lado, es afable y paciente. Y por último, Grebb, vive continuamente a la sombra de su hermano, tratando de destacar y buscando su propio camino en el mundo.
Irune Boffimar siente un fuerte deber para con su familia pero, ante todo, es una mujer brava que daría la vida por los suyos. La sangre Permiaden que corre por sus venas, la herencia de la Roca, define día a día su personalidad. Y, si hay alguien a quien odie con todas sus fuerzas, es a los Venetti, por hacer suya a su hermana y encerrarla en su mansión roja al servicio de su propia estirpe. Es algo que Irune nunca, nunca perdonará.
Como es tradición en su familia paterna, tiene tatuadas las fauces abiertas de un oso en el dorso de su mano derecha. Es el símbolo de los Permiaden, aunque sus hijos no han seguido con la costumbre.
IRUNE PERMIADEN
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