Desde su juventud ha sido educada para ser reina, ya que Angust no engendró ningún hijo varón. Además, la actividad sexual de sus padres no era demasiado frecuente. De esta manera, se vio predestinada a gobernar sobre la ciudad de Metropol tras la enfermedad de su padre, convirtiéndose así en la primera reina ni consorte ni regente.
Sin embargo, muchos expertos y críticos afirman que Carinne Balaeri no tiene madera para ser monarca, con lo que la permanencia de su dinastía en el trono de Imperialis comenzaba a ser cuestionada desde hacía ya varios años. Sólo unos pocos partidarios de Selen, la hermana benjamina, se oponen a esta idea.
En cualquier caso, Angust Balaeri lleva tres años postrado en la cama por una enfermedad. En este tiempo, Carinne asume la que, por ahora, será su etapa de regencia. El momento no podría ser peor: la hambruna y los disturbios se han extendido como una plaga desde los distritos más marginales de Metropol, y las medidas que se toman desde el gobierno no son suficientes.
Ahora busca la forma de hacer feliz a su pueblo, tratando ante todo de desprenderse de las obligaciones que el trono le supone, y los temores y preocupaciones que sentarse en él conlleva. ¿Podrá Carinne aliviar la desazón de su gente? ¿Será capaz de gobernar a pesar de no ser lo que realmente quiere? ¿Qué le deparará el destino a la última reina de los Balaeri?
CARINNE BALAERI
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